Conectando con la Naturaleza Interior: Una Entrevista con Ainara Goñi
En un mundo donde la búsqueda de autenticidad y conexión interior es más necesaria que nunca, Ainara Goñi nos invita a emprender un viaje hacia nuestro verdadero ser. En esta entrevista, exploramos el yoga como un camino hacia el descubrimiento de nuestra naturaleza interior. Ainara comparte su visión sobre la autenticidad, la presencia constante y la liberación que surge al conectar con la esencia de quiénes somos.
Descubre cómo la autoaceptación y el entendimiento profundo pueden conducir a una vida más libre y plena, y cómo puedes encontrar tu verdad en la práctica del yoga para hacerla siempre presente.
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¿Qué te inspiró inicialmente a dedicarte al yoga, y cómo ha evolucionado tu práctica hasta el día de hoy?
Es impresionante cuánto ha evolucionado mi práctica. Comencé a practicar Hatha Yoga a los 14 años, y desde entonces mi camino ha crecido enormemente. El yoga se ha convertido en mi pasión y también en mi profesión. Poder llegar a muchas personas y ayudarles a conectarse consigo mismas es algo que me enriquece profundamente.
Cuando empecé, no imaginaba que me dedicaría profesionalmente al yoga. Hace unos diez años comencé a enfocarme en ello de manera más intensa. Al salir de Venezuela y venir a España, exploré distintos campos, pero el yoga comenzó a abrirme muchas puertas.
Todo era yoga, yoga, yoga. Decidí que si ese era el camino, lo seguiría. Fue una decisión muy libre, no planificada. Hoy en día, no me veo haciendo otra cosa..
Todo era yoga, yoga, yoga
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¿Qué te sigue sorprendiendo y motivando en la práctica del yoga?
El poder del autoconocimiento, la aceptación y la aproximación a uno mismo. Es un constante descubrirse. Estamos en crecimiento, cambiando, evolucionando, y eso nos mantiene en un re-descubrimiento continuo.
Cada vez que nos posamos sobre la esterilla, es un momento para reconocernos. Cada día es diferente porque nos sentimos distintos, pero al observarlo con el paso de los años, nuestro cambio se vuelve más evidente.
La práctica del yoga me ha acompañado mucho en ese sentido. El bienestar físico, con ese cuerpo nuevo en constante cambio, y el crecimiento mental, con la nueva Ainara que sigue creciendo y nutriéndose de distintas maneras, todavía me motivan.
Cada vez que nos posamos sobre la esterilla, es un momento para reconocernos
¿Qué te inspiró a crear el estudio 'Prevalece el Yoga'?
Este proyecto surge de la idea de que, en cualquier situación, prevalece lo bueno, prevalece lo bello, e incluso lo inusual. Mi amiga y socia, Federica Gonsalvi, y yo pasamos por diferentes situaciones que nos llevaron a esta hermosa unión.
Decidimos llamarlo 'Prevalece el Yoga' porque queríamos que realmente prevaleciera la práctica del yoga, lo que enseña e imparte. El nombre lo dice todo: tiene que prevalecer siempre el yoga. Bajo cualquier circunstancia, no puede dejar de ser. Que nada lo corrompa.
Tiene que prevalecer siempre el yoga (…) que nada lo corrompa
¿Cómo integras otras influencias en tu rutina de yoga y cómo ha influido esto en tu enseñanza?
Desde muy joven, mis padres me introdujeron en el mundo de la danza. Crecí con el flamenco y la danza árabe. Me encantaba el misticismo y la feminidad de la danza árabe, pero sentía que algo faltaba. Un día, descubrí el Tribal Fusion Dance, un estilo moderno que me enamoró.
Es una danza que se practica en grupos de mujeres. Nos reunimos y hacemos secuencias, no para brillar o bailar para alguien, sino para fortalecernos, construir compañerismo y empoderarnos. Es una perspectiva muy distinta de la danza árabe tradicional.
Cuando empecé a enseñar yoga, estructuraba mis clases con la coherencia que usaba para las coreografías. Tenía una hoja en blanco y creaba un diálogo con el cuerpo a través del movimiento. Mis prácticas eran inicialmente muy continuas y fluidas, siguiendo el ritmo de la danza.
Ahora, a medida que he ganado experiencia y he evolucionado como persona y profesora, mi práctica se detiene mucho más. Es una práctica más sutil y profunda, más conectada con la búsqueda de la verdad de cada uno.
Ahora (...) mi práctica se detiene mucho más. Es más sutil y profunda
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¿Qué te llevó a incorporar la música y los sonidos en tus clases de yoga, y cómo ha influido esto en tus alumnos y en tu propia práctica?
El sonido es algo que he explorado de forma empírica. Junto con un amigo que es terapeuta de sonido, comencé a experimentar las clases con música en vivo, y me pareció fascinante. No solo por la experiencia personal, sino por lo que veía que generaba en los alumnos. La forma en que salían de la práctica era impresionante; alcanzaban un estado de meditación muy profundo, incluso personas que nunca lo habían experimentado.
Al ver la respuesta de las personas, empecé a incorporar sonidos de cuencos en mis clases. La práctica acompañada de sonido en vivo trabaja a otro nivel debido a las vibraciones que permite experimentar. Es una forma de sanación muy profunda, y sin duda es algo en lo que quiero seguir explorando.
¿Qué valores guían tu práctica y cómo han influido en tu evolución como persona y profesora?
Me rijo mucho por la honestidad, la empatía y la lealtad. La honestidad para saber cómo y hacia dónde ir dentro de las clases, cómo usar mi cuerpo y hasta dónde soy capaz de llegar. Esa verdad en la que te sientas en la esterilla y te dices a ti mismo cómo me siento realmente, hacia dónde quiero ir y cómo quiero moverme hoy.
La empatía entra en cómo te tratas a ti mismo, cómo te escuchas y eliges las variaciones que puedes utilizar o no dentro de la práctica física. La lealtad es ese compromiso que tienes con la práctica, con lo que eres y haces. Siento que estos valores son fundamentales en mi día a día y en mi práctica.
Me guío firmemente por la honestidad, la empatía y la lealtad
Hablando de filosofía y valores, ¿cómo interpretas el concepto del ego y cómo crees que influye en nuestra capacidad para conectar con nosotros mismos y evolucionar?
El ego es bastante complejo de definir, sobre todo por el juicio que tenemos ante ello. El ego no es malo; a veces lo vemos como algo que no debemos tener o pensamos que ser egocéntrico es negativo, pero en realidad lo necesitamos para nuestro autodesarrollo.
El ego nos permite tener determinación, voluntad y tomar decisiones con coherencia si lo usamos bien. Sin embargo, si lo alimentamos desde el orgullo o la comparación, puede ir en nuestra contra. Dentro de la práctica, el ego bien utilizado me puede llevar a avanzar, a retarme de manera consciente y coherente, protegiéndome y entendiendo que es mi cuerpo el que me indica hasta dónde llegar, no la postura que me lo impone. El ego puede ayudarnos a mantenernos en un proceso de crecimiento, pero debemos nutrirlo desde el lugar adecuado.
El ego puede ayudarnos a mantenernos en un proceso de crecimiento
¿Qué significa para ti la libertad y cómo crees que podemos alcanzarla o experimentarla?
La libertad es la oportunidad de permitirte ser, de dejarte fluir, de explorarte para conocerte y, a partir de ahí, simplemente ser. Sin que te imponga la sociedad o los pensamientos limitantes que vienen de los estímulos externos. Cuando sabes quién eres y cómo eres, te permites cosas distintas a cuando no te conoces o no te permites ser. Ahí es donde experimentamos la verdadera libertad.
La libertad es la oportunidad de permitirte ser, dejarte fluir, explorarte a ti mismo
¿Cómo defines la autenticidad y cómo conectas con tu ser auténtico?
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¿Qué prácticas habituales tienes para conectar con tu esencia y mantenerte presente?
Lo primero y esencial para mí es estar en contacto con la naturaleza. No hay otra manera. Es una de las cosas más enriquecedoras y que me permiten entender que hay algo más allá. Conectar con esa grandeza me hace sentir que soy una pequeña, pero muy importante parte de ella.
La práctica de yoga y la meditación me permiten tener esa conexión. Son los momentos en los que estoy conmigo misma. Pero más allá de la esterilla, el yoga es cómo vives tu día a día, trabajando la respiración mientras caminas, mientras cocinas, cuando estás con tus seres queridos… Yoga es vivir en ese estado de presencia constante.
El yoga es vivir en ese estado de presencia constante
¿Qué es lo más importante que deseas transmitir a tus alumnos y qué esperas que se lleven de tus clases?
Me gusta llevar a los alumnos de menos a más, sorprendiéndolos, preparándolos desde lo físico hasta lo mental… hasta un punto en el que, a través de la sutileza, la escucha y la empatía, puedan alcanzar profundidades que no esperaban.
Siento que en este momento de nuestra existencia como seres humanos, todo es muy rápido, muy inmediato… y quiero que se lleven esa oportunidad de respirar, de tomarse una pausa y disfrutar sin expectativas, abriéndose a la posibilidad de simplemente ser.
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A lo largo de esta entrevista, Ainara nos ha invitado a explorar el yoga como un camino hacia nuestra esencia. Nos ha compartido su visión sobre la importancia de la honestidad, la empatía y la lealtad, tanto en la práctica del yoga como en nuestra relación con nosotros mismos y con los demás.
Su enfoque en conectar con la naturaleza y vivir en un estado de presencia constante nos recuerda que el verdadero yoga trasciende la esterilla y se manifiesta en cómo vivimos día a día. Al comprender el ego como una herramienta para el crecimiento, Ainara nos guía hacia una vida más libre y plena. Su dedicación a transmitir estos valores es inspiradora para emprender nuestro propio viaje de auto-descubrimiento.
Gracias, Ainara @yogainara, por compartir tu sabiduría y recordarnos que el camino hacia la libertad comienza cuando nos permitimos ser. Que el yoga prevalezca por encima de todos.
